Comer para vivir, o vivir para comer
Somos lo que comemos, de manera que es muy importante elegir los
mejores alimentos y los nutrientes necesarios para estar saludables y cuidar la
forma de comer, porque influye en la digestión y en el peso del cuerpo.
Si se siguen algunas pautas de comportamiento relacionadas con
la manera de ingerir los alimentos, se puede garantizar una digestión óptima y
la posibilidad de mantener el peso, en armonía con la estructura física. En una
palabra, se trata de comer en forma consciente.
Es necesario prestar atención a las señales de hambre, porque
cuando el cuerpo necesita alimentos, manda la orden al cerebro y el cerebro la
registra.
Para las personas que tienen exceso de peso, tener hambre es una
señal de peligro, sin embargo, obedecer esta señal es una de las medidas más
eficaces en un plan de alimentación saludable.
La clave es comer cuando se siente hambre y dejar de comer
cuando se siente satisfecho, pero no lleno. Solamente de esta forma la
digestión funciona en forma óptima, porque si se come en exceso, los alimentos
no pueden ser digeridos totalmente.
Quienes suelen comer apurados es habitual que coman para
gratificarse, y lo hagan cada vez que tienen un problema emocional. Los
alimentos son para nutrir el cuerpo y no para aliviar los estados
de ánimo, ya que produce consecuencias indeseables recurrir a la
comida cuando se siente depresión o angustia.
En cuanto a los que sufren de obesidad, muchas veces comen sin
tener hambre, simplemente porque es la hora de comer y también es frecuente que
vuelvan a comer antes de digerir la comida anterior.
El cuerpo es inteligente y prestarle atención es esencial,
porque refleja la sabiduría de la naturaleza.
Hay personas que necesitan distraerse mientras comen, ya sea
leyendo el diario o mirando la televisión. En estos casos, lo más probable es
que no se den cuenta de lo que comen y por eso comen de más.
Pasa lo mismo si tienen un encuentro de trabajo o si al mismo
tiempo están elaborando algún interesante proyecto o concertando algún negocio.
En estas circunstancias no se puede tener conciencia de lo que se está comiendo
ni se registran las señales que el cuerpo emite cuando está satisfecho.
Las comidas tienen que realizarse en un ambiente placentero y
tranquilo para poder disfrutar de los alimentos, comer sólo lo necesario y
tener una buena digestión. .
Acostúmbrese a elegir para su alimentación los mejores
alimentos, preferentemente frescos, reduciendo al mínimo el consumo de
conservas, congelados o envasados, comidas de varios días y las cocinadas en
horno de microondas.
La comida no soluciona los problemas, al contrario, los empeora, porque el exceso de calorías se
transformará en grasa. Los estados emocionales se resuelven a otro nivel,
manteniendo relaciones sanas que es lo que permite sentirse plenos.
Es mejor hacer la comida principal al mediodía y la cena más
reducida, porque al mediodía tanto la absorción de los alimentos como el
metabolismo de los nutrientes, es mayor.
Existen innumerables dietas pero para que una dieta sea eficaz
tiene que ser rica, fácil de preparar, balanceada y que se pueda mantener
siempre.
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